Kombucha
La kombucha es una bebida fermentada elaborada con té, azúcar bacterias y levaduras. Se dice que ayuda a mejorar la salud, desde problemas digestivos hasta cáncer pero, ¿qué dice la ciencia al respecto?
La evidencia de sus efectos sobre la salud es limitada y solo sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas tienen un sustento bien establecido. Se trata de un alimento vivo, es decir, un alimento rico en probióticos y aunque -todavía- no están bien descritos los beneficios de sus cepas, contiene bacterias de ácido láctico que pueden tener una función probiótica (1, 2, 3).
Desde la antigüedad, numerosas culturas han elaborado alimentos basados en la fermentación con el fin de producir nuevos productos y de aumentar la durabilidad de los mismos, algunos como el yogur y la leche cultivada, el vino, la cerveza, y el pulque, el sauerkraut o chucrut, el kimchi, y la salchicha fermentada son ejemplos de los primeros alimentos procesados que consumió la humanidad.
Dato curioso: la kombucha también es conocida como “té de hongos” aunque la capa que cubre el líquido está compuesta por bacterias y levaduras, no hongos.
La kombucha se originó en China hace aproximadamente dos mil años y su popularidad ha aumentado por tratarse de una importante fuente de microorganismos vivos con supuestos beneficios a la salud, entre ellos:
Mejora la digestión y disminuye la inflamación.
Es una fuente de polifenoles, compuestos bioactivos que funcionan como poderosos antioxidantes, sustancias que protegen a las células (4).
Bebida antibacteriana y antifungicida. Durante la fermentación de la kombucha se produce ácido acético (abundante también en el vinagre) que ataca microorganismos potencialmente dañinos como a la bacteria E- coli y al hongo cándida (5, 6).
En estudios con ratas, se ha visto que beber kombucha regularmente puede reducir lesiones del hígado originadas por el uso de sustancias tóxicas (7, 8).
Estos beneficios fueron probados en kombuchas preparadas con té negro o té verde.
A considerar…
Preparar kombucha casera no es tan sencillo como parece. Es necesario no sobrefermentarla y mantener un buen control sanitario pues esta bebida es muy susceptible a contaminación, por otro lado, se han registrado casos de intoxicación por plomo al preparar la infusión en recipientes de cerámica no aptos para su elaboración. La recomendación es utilizar vidrio (9).
Los alimentos y las bebidas fermentadas suelen ser productos seguros y benéficos a la salud, pero -como cualquier otro alimento- no es recomendable consumirlos en exceso, además de que la kombucha es rica en azúcares, de ahí la importancia de consumirlos con moderación e incluir distintas fuentes de fermentados (yogurt, kéfir, kimchi, miso, etc.) en la dieta diaria (10).