Época de fiestas, ¡no te quemes!

Diciembre está lleno de buenos pretextos para seducir al apetito, pero también es el mes que registra más ingresos hospitalarios por desórdenes y excesos en la alimentación, en promedio, los mexicanos aumentan de 3 a 5 kilos, y lo grave es que este aumento de peso se acompaña de problemas gastrointestinales como estreñimiento, colitis, gastritis, etc.

Para que el malestar estomacal no arruine las fiestas, te comparto algunos consejos para cuidar la salud digestiva:

Ojo con la botana

La botana es el tiempo de comida más tentador -y peligroso- pues difícilmente registramos lo que comemos. Esos inocentes picoteos pueden llegar a aportar más energía que la misma cena, y lo preocupante es que son calorías provenientes -principalmente- de grasa. Las comidas grasosas favorecen el reflujo gastroesofágico irritan el estómago y provocan acidez.

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Aumenta el consumo de probióticos

En los últimos años se ha comprobado que el consumo de probióticos presentes en productos lácteos fermentados como el yogur, favorece a la microbiota intestinal manteniéndola equilibrada, integra y diversa.

Los probióticos promueven el desarrollo de más bacterias beneficiosas que ayudan a disminuir la presencia de malestares digestivos como ruidos intestinales, gases, sensación de inflamación, entre otros.

Escucha el podcast: Probióticos y prebióticos

No llegues a la fiesta con hambre

Dejar de comer solo beneficia la “culpa”. Un estudio publicado en Metabolism propone que las personas que se brincan comidas terminan comiendo tanto como lo harían en un día normal, además de afectar los niveles de glucosa en sangre. Por otro lado, brincarse comidas puede provocar dolor, distensión abdominal y estreñimiento.

Escucha el podcast: Malestares digestivos

Controla el estrés

Un mal control del estrés puede provocar cambios en el metabolismo de los nutrimentos, por lo que vivir estresado significa que nuestro sistema digestivo no está recibiendo suficiente sangre, lo que puede ocasionar: aumento de apetito, inflamación, estreñimiento, malestar digestivo y ruidos intestinales.

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Modera el consumo de alcohol

Todas las bebidas alcohólicas irritan la mucosa gástrica. Beber en exceso puede provocar reflujo, ardor y acidez. Si decides tomar alcohol, limita la cantidad, intercala cada bebida con un vaso de agua natural y tómalo -siempre- acompañado de los alimentos.

Los malos hábitos alimenticios conllevan diferentes consecuencias como falta de energía, aumento de peso, ralentización del metabolismo y alteración de la salud digestiva. Recuerda que el bien comer es un placer, pero hacerlo sin control puede resultar una desagradable experiencia.

Video: Alcohol y dieta

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