Alternativa saludable al menú infantil
Cada vez es más común encontrar en los restaurantes menús alternos destinados a los niños. En su mayoría, este tipo de propuestas incluye platos atractivos aunque hipercalóricos y de -muy- baja calidad nutrimental. Se tiene la errónea idea de que los niños pueden comer lo que más les apetezca con tal de que coman, ya que con el paso del tiempo tendrán una mejor conciencia sobre su alimentación, sin embargo, los hábitos alimentarios adquiridos durante la niñez difícilmente se modifican en los años posteriores (1).
Mucho sabor, poca nutrición
La mayoría de las opciones en los menús infantiles son platos con atractivas propiedades organolépticas, ricos en sodio, azúcar y grasas poco saludables. Además de que suelen aportar muchas calorías y poca nutrición, incitan a comer en exceso, lo que deriva en un probable aumento de peso. Desafortunadamente México está entre los primeros lugares de obesidad infantil. Según la última encuesta de salud y nutrición, ENSANUT 2020, la prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños de 5 a 11 años es de 19% (2).
Estratificando por región, la prevalencia de sobrepeso más alta se encontró en CDMX con 23% de los escolares y la de obesidad (24.1%) se encontró en la región Pacífico-Centro (2).
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), existe una gran probabilidad que los niños con exceso de peso sigan teniendo sobrepeso hasta la edad adulta. Esto conlleva a tener un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus tipo 2 a una edad más temprana (3).
Alternativa saludable
Afortunadamente algunos restaurantes ya están considerando incluir en sus menús porciones más pequeñas de los mismos platillos que ofrecen en el menú principal. La única diferencia entre la dieta de un adulto y la de un niño debe ser el tamaño de la porción. El ejemplo arrastra, los padres juegan un importante y poderoso rol en el comportamiento alimentario de los niños. Premiar o castigar con comida puede derivar en conductas poco saludables, ¿cuántas veces hemos escuchado el “si te comes las verduras te doy un helado”? Los alimentos no son premios ni castigos, simplemente tienen ocasiones, la máxima en la nutrición infantil es que los padres o encargados del cuidado del niño decidan “qué comer” y los niños “cuánto comer”.
Un dato: . Únicamente 2 de cada 10 niños escolares consumen verduras y leguminosas (2).
No se trata de satanizar
Si bien todo cabe en una dieta sabiéndolo acomodar, y alimentos como pizzas, papas fritas, hot dogs, nuggets y malteadas pueden incluirse -ocasionalmente- dentro de una dieta saludable, es importante entender que hay lugares destinados a ese tipo de comida, entonces, ¿por qué ofrecer “fast food” en un restaurante convencional?
Un niño que aprende a comer correctamente durante la infancia (evidentemente siguiendo el ejemplo de la alimentación de los padres), tendrá una mayor probabilidad de mantener una dieta sana y equilibrada durante la adultez. Por tanto, fomentar hábitos alimentarios saludables es la mejor herramienta de prevención de muchos trastornos y enfermedades (3).
De acuerdo a una investigación publicada en The Journal of Nutrition Education and Behavior, comer en familia favorece la elección por alimentos más saludables (4). La recomendación es inclinarnos por restaurantes que ofrezcan la opción de servir su menú tradicional en porciones más pequeñas. Enseñemos a nuestros pequeños a conocer nuevas opciones, incluso a viajar por el mundo a través de la comida.
“La buena nutrición es la base del crecimiento y desarrollo de niños, niñas y adolescentes ya que previene enfermedades y favorece un mejor estado de salud”. UNICEF*.
Este texto lo escribí para Menú de El Universal.