Cómo preparar un jugo verde
Los jugos verdes son un rico concentrado de vitaminas, minerales, enzimas y fibra, sin embargo no cualquier jugo es considerado como “saludable” pues de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, los extractos y los concentrados de jugo de fruta se consideran como azúcar.
Un dato: No hay pruebas de que el consumo de los azúcares intrínsecos, es decir los contenidos de forma natural en la fruta fresca y entera tengan efectos adversos para la salud (1).
La preparación es la clave para aprovechar al máximo las cualidades de un jugo:
Utilizar como base agua natural, agua de coco sin azúcar o alguna infusión o té.
Incluir dos o más verduras verdes (espinaca, nopal, chayote, apio, col rizada, menta, perejil, acelga, etc.).
Agregar una verdura o fruta de color para endulzarlo naturalmente.
Añadir una cucharadita de semillas (chía, linaza, pepitas, cáñamo) para disminuir el índice glucémico y favorecer la saciedad.
No colar.
Considera que...
La fruta se licúa, no se exprime.
Deberás utilizar verduras y frutas frescas (no enlatadas ni en conserva).
Si el vegetal lo permite, moler con cáscara (bien lavada).
Los jugos verdes ayudan a:
Hidratar.
Combatir los radicales libres gracias al aporte de antioxidantes contenidos en sus ingredientes.
Reducir la inflamación (2) y el deterioro cognitivo ocasionado por el envejecimiento (3).
Completar la ingesta diaria recomendada de frutas y verduras.
En México, menos de la mitad de la población consume la ingesta diaria recomendada de frutas y verduras.
De acuerdo a la Secretaría de Salud, en México el consumo de fibra es insuficiente, los adultos consumen en promedio entre 16 y 18 gramos al día (6), mientras la ingesta diaria recomendada es de 30 gramos.
Los jugos verdes no son “detox” ni sustitutos de comidas. Son bebidas ricas en nutrientes y fibra que pueden ayudar a completar tu ingesta diaria de frutas y verduras.