Distintos tipos de harinas

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Hace no mucho tiempo, las opciones de harina eran muy limitadas y la mayoría solo guardábamos en la alacena un bote de la típica molienda de trigo. Actualmente, los supermercados ofrecen innumerables alternativas para todo tipo de consumidores. Ya sea por alguna alergia o intolerancia alimentaria, requerimiento nutrimental, gusto, interés culinario, filosofía de vida o simplemente para darle versatilidad a la dieta. 

Por lo general, las harinas más comunes se muelen a partir del trigo aunque también de otros cereales como maíz, amaranto, centeno, arroz, sarraceno, entre otros. Asimismo, puede provenir de oleaginosas, como la harina de almendra y de semillas como la linaza. Incluso, hay moliendas de leguminosas como el garbanzo, de tubérculos como la papa y de verduras como es el caso de la harina de nopal con las que se elaboran tortillas. Cada una de este tipo de harinas tiene distintas cualidades nutrimentales y usos culinarios. 

Harina de trigo

Se trata no solo de la molienda más popular sino de la más versátil. Por ley, en México las harinas de trigo y de maíz deben ser enriquecidas con hierro, zinc y vitaminas del complejo B como ácido fólico, tiamina, niacina y riboflavina con el fin de disminuir la deficiencia en estos nutrimentos. 

Usos: Para todo uso: panadería y postres en general, pizza, pasta, espesantes de sopa, tortillas, etc. 

Considera que la harina refinada eleva rápidamente los niveles de glucosa en sangre además de que es poco nutritiva por lo que -si la receta lo permite- se recomienda la de tipo integral. 

 Harina de almendra

Este tipo de harina ha cobrado importante relevancia en algunas dietas de moda pues se tiene la errónea idea de que es libre de hidratos de carbono. Las almendras son ricas en grasa cardiosaludable, calcio y vitamina E que actúa como un potente antioxidante.

Usos: En la elaboración de algunos postres y también como espesante en algunas preparaciones. 

Considera que una taza de este tipo de harina contiene aproximadamente 90 almendras, por lo que el producto final además de ser más denso, será más calórico.   

Harina de coco

Se obtiene a partir del coco deshidratado, es de textura ligera y con consistencia parecida a la harina tradicional. Por su alto aporte de fibra se recomienda a personas que viven con diabetes (1). 

Usos: Si bien no se puede utilizar 1:1 como reemplazo de harina de trigo, se puede usar para hacer pasteles, galletas, panes y muffins. La recomendación es sustituir la harina tradicional en una proporción de 1:4, y agregar un huevo por cada cuarto de taza de harina de coco. 

Considera que este tipo de molienda absorbe mucha agua por lo que la receta requerirá más humedad, que puede ser proporcionada por huevo, puré de fruta u otros líquidos.

Harina de avena

Se obtiene moliendo las hojuelas de avena. Es libre de gluten y de consistencia crujiente. Rica en betaglucanos, un tipo de fibra que beneficia la salud cardiovascular.

Usos: ideal para reemplazar la harina de trigo en una gran variedad de recetas aunque algunos ingredientes deben ajustarse pues es de consistencia más húmeda. 

Considera que en algunos alimentos horneados que deben esponjar, se debe combinar con otras harinas.

Harina de garbanzo 

El garbanzo es una leguminosa por lo que resulta una harina rica en antioxidantes, proteína de origen vegetal y fibra que mejora la salud digestiva. 

Usos: Este tipo de molienda es muy utilizado en India y Oriente Medio para hacer falafel, hummus y socca (un tipo de pan). También se puede utilizar en la elaboración de panqués, crepas, empanadas y galletas.

Considera que en algunos alimentos horneados que deben esponjar, se debe combinar con otras harinas.

Food Data Central USDA (2).

Food Data Central USDA (2).

Este texto lo escribí para Menú de El Universal.

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