5 mitos de las bebidas alcohólicas

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Las bebidas alcohólicas han sido parte importante en la historia de la humanidad, si bien, el tema de que algunas pudieran ser “saludables” es debatible entre los profesionales de la salud, giran muchos mitos en torno su consumo.

Las bebidas claras no engordan

Uno de los mitos más comunes. Es falso que bebidas como el whisky, vodka, tequila o vino blanco sean menos calóricas que el ron, brandy o vino tinto. De acuerdo al Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes, 60 mililitros de cualquier destilado, 355 mililitros de pulque o cerveza o 200 mililitros de vino aportan en promedio 140 kilocalorías.

Un consejo: si estás cuidando la línea, modera la cantidad de alcohol y no mezcles con bebidas azucaradas pues aumentarán considerablemente las calorías por cada trago.

Un gramo de alcohol aporta siete kilocalorías, casi las mismas que un gramo de grasa que son nueve.

El whisky baja la presión

Por el contrario, cualquier bebida alcohólica puede elevar la presión arterial, especialmente en adultos mayores, y no es necesario beber en exceso para ser víctima de este mal. De acuerdo a un estudio de 2013 publicado en The Journal of Clinical Endocrinology, bebedores sin hipertensión elevaron su presión arterial en 1 mmHg por cada 10 gramos consumidos por día.

¿Cuánto alcohol hay en una bebida?

Depende del grado de alcohol que tenga cada bebida, pero en promedio una bebida estándar aporta 14 gramos, cantidad suficiente para elevar la presión arterial.

La buena noticia es que los efectos del alcohol y la hipertensión se consideran "rápidamente reversibles", incluso en personas alcohólicas.

El café baja la borrachera

Lo único que funciona para “bajar la borrachera” es esperar a que nuestro organismo se desintoxique. El alcohol no se digiere, se absorbe desde el estómago y se metaboliza por el hígado, al consumirse en exceso, se libera en torrente sanguíneo, por tanto, un café no favorece la depuración de alcohol en sangre.

La razón por la que se cree que baja el mareo es porque la cafeína -que se absorbe y pasa rápidamente al cerebro- estimula el sistema nervioso, mejora las funciones cognitivas y el estado de alerta.  

Ojo. Esta combinación puede llegar a ser peligrosa porque la cafeína engaña al organismo sobre el nivel de agotamiento y embriaguez que realmente se tiene.

La cerveza hace panza

Ningún alimento por sí solo nos hace crecer partes específicas del cuerpo. El exceso de calorías en la dieta, ya sea que provengan de frutas, verduras, frituras o cerveza provocan un aumento de peso. Las bebidas alcohólicas (todas) aportan calorías vacías, es decir, calorías que no nutren y promueven la acumulación de grasa abdominal. Además de que generalmente este tipo de bebidas se acompañan con alimentos de alta densidad calórica como embutidos, cacahuates y frituras, el alcohol abre el apetito, desinhibe e incita a comer de más.

Considera que la cerveza “light” solo reduce 30% su aporte calórico.

Mezclar distintos tipos de bebidas alcohólicas provoca resaca

Los síntomas de la resaca son producto de la deshidratación, alteraciones hormonales y celulares, además de los efectos tóxicos del etanol en sangre en consecuencia de un consumo excesivo de alcohol, no por mezclar distintos tipos de bebidas. Por tanto, lo que determina la severidad de la resaca es la cantidad, no la mezcla.

Se cree que las bebidas más oscuras presentan más congéneres (sustancias que determinan el grado de resaca), tal es el caso de licores como vino tinto, bourbon, brandy y coñac, no obstante, el tequila presenta alto contenido. Las bebidas con menor aporte son el vodka, la cerveza y el ron.

Este texto lo escribí para Menú de El Universal.

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