El chile: más que picante, un tesoro nutrimental

Además de su intenso y peculiar sabor, este fruto encierra sorprendentes cualidades para la salud. Descubre por qué el chile es mucho más que un simple condimento y cómo puede mejorar tu bienestar.

Más allá de ser el ingrediente estrella de muchos platillos mexicanos, el chile es un alimento funcional con propiedades sorprendentes. Desde la época prehispánica, se ha utilizado tanto en la alimentación como en la medicina tradicional. Su alto contenido en vitaminas, antioxidantes y compuestos bioactivos le confiere propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y anticancerígenas, convirtiéndolo en un aliado para nuestra salud.

El chile en la salud (1)

  • Los aztecas y los mayas mezclaban pimienta con harina de maíz para producir chillatolli, comúnmente usado como dieta terapéutica para curar el resfriado común.

  • Contrario a la creencia popular, los chiles no causan úlceras ni dañan el estómago. De hecho, promueven una buena digestión al aumentar la producción de saliva y jugos gástricos.

  • El chile contiene vitaminas A, C, E, y capsaicina, que actúan como antioxidantes, retrasando el envejecimiento y combatiendo los radicales libres.

  • El chile puede tener distintos beneficios para la salud cardiovascular. La capsaicina, sustancia responsable de su picor, es beneficiosa para la circulación sanguínea. Se cree que puede ayudar a prevenir la formación de coágulos y el endurecimiento de las arterias, reduciendo así el riesgo de ataques cardíacos.

  • Puede favorecer el metabolismo. Se ha demostrado que la capsaicina tiene un efecto beneficioso sobre el peso corporal y el colesterol LDL, también conocido como colesterol  “malo”.

  • Un estudio publicado en el British Medical Journal, encontró indicios de que las personas que consumen alimentos picantes, especialmente chiles frescos, podrían tener un menor riesgo de muerte por diabetes.

  • El chile favorece la producción de serotonina, neurotransmisor conocido como la hormona de la felicidad.

Un consejo: Para evitar que el chile te provoque malestar gastrointestinal, evita combinarlo con alimentos pesados, grasosos o con aceites.

Nutritivos usos en la cocina:

  • Chiles rellenos: Ya sea de carne, queso, soya, atún o frijoles, los chiles rellenos pueden ser un plato completo y equilibrado. Evita capearlos y acompáñalos con cereales como arroz o tortillas de maíz. 

  • Chiles en salmuera: El proceso de fermentación involucra distintos microorganismos que utilizan los nutrientes presentes en el chile y producen una amplia gama de compuestos bioactivos, lo que da como resultado el aroma, el sabor, la textura y los beneficios para la salud de los chilitos en salmuera.

  • Salsas: Además de sumar sabor a cualquier platillo, las salsas son una bomba de antioxidantes que favorecen la absorción de hierro del alimento con el que se acompaña.

De chiles frescos a secos

Si bien el chile fresco y el seco provienen de la misma planta, sus características cambian durante el proceso de secado, lo que a su vez influye en su uso culinario. 

SABÍAS QUE…

  • La evidencia más antigua del chile domesticado proviene de Tehuacán, Puebla, donde se encontraron semillas de Capsicum que datan del 6900-5000 a. C.

  • Hace alrededor de 6 mil años, los chiles rojos fueron utilizados en el trópico de Sudamérica como una especia para disfrazar el sabor de la comida blanda o desabrida (2).  

  • Los 5 chiles más consumidos en México son: Jalapeño, serrano, chile de árbol, chile de agua y piquín (3). 

  • El Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes clasifica a los chiles como verdura.

  • China, México, Turquía e Indonesia son los mayores productores de chile, juntos representan más del 70% de la producción mundial (4).

Es importante recordar que la moderación y la adaptación a las necesidades individuales son clave al consumir chile. Consulta a un profesional de la salud si tienes alguna condición médica específica.

ESTE TEXTO LO ESCRIBÍ PARA MENÚ DE EL UNIVERSAL.

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