¿Se puede comer sano y barato?
Una de las principales creencias es que comer sano resulta -además de complicado- costoso. En mi opinión, el problema radica en la falta de tiempo y planeación del menú.
Planear las comidas para toda la semana se refleja en la salud y en la cartera, nadie quiere llegar a cocinar después de una larga jornada de trabajo, por tanto, optamos por elegir opciones poco saludables y -muy- costosas.
Para evitar que esto suceda, te comparto algunas recomendaciones que te ayudarán a ahorrar dinero y ganar salud.
Planea las comidas de la semana y haz una lista de lo que necesitas comprar, así comprarás solo lo necesario. Puedes apoyarte de aplicaciones para teléfonos móviles.
Prefiere verduras y frutas de temporada.
Considera que los hoy conocidos como “superalimentos” no necesariamente tienen que ser importados, México cuenta con una gran variedad de ellos.
Compara costos. El precio de algunos productos varía de acuerdo al supermercado.
Evita hacer compras diarias. Evita tentaciones, mientras más veces visites el mercado, más probabilidad de comprar cosas innecesarias.
Prefiere productos de promoción o que estén de oferta.
De ser posible, organízate con vecinos o familia y compartan compras por mayoreo.
Toma en cuenta que las comidas preparadas son más costosas y calóricas.
Compra solo la cantidad de alimento que vas a utilizar, incluso si cuestan menos. ¡No caigas en los famosos 3 x 2!
Jamás hagas las compras con hambre.
Revisa tu recibo o ticket para ver que no haya errores.
Trata de no comprar en tiendas pequeñas.