Consumo inmediato

En la última década nos han malacostumbrado a obtener las cosas de manera inmediata. Hoy, te gusta una canción, la shazameas y ¡voila! en menos de un minuto la tienes en un dispositivo móvil. Lo mismo aplica en nuestra alimentación con la entrada de los restaurantes de comida rápida y la -horrible- comida paquete (esa que venden en tiendas tipo Oxxo). Todo esto es consecuencia del acelerado ritmo de vida, la mercadotecnia y la facilidad que tenemos por saciar el deseo de manera inmediata.

Esta costumbre, desafortunadamente, la hemos transmitido a los niños y tristemente cada vez consumimos menos alimentos de nuestra cocina tradicional como el frijol y la tortilla.

Más allá de tratar el tema cultural, este tipo de hábitos provocan una deficiente nutrición que tiene como consecuencia irremediable el sobrepeso y la obesidad. Este serio problema de salud ha aumentado de manera alarmante en nuestro país a causa de la modificación en hábitos alimentarios y la incorporación de dietas altas en calorías de bajo valor nutrimental. También de la transculturación alimentaria, la influencia de la dieta norteamericana y la rápida urbanización.

A esto debemos sumar el radical cambio de nuestro estilo de vida, donde la actividad física ha disminuido considerablemente.

No todos los alimentos de consumo inmediato son hipercalóricos y poco nutritivos, por fortuna en la actualidad encontramos con comida de fácil acceso y con excelentes propiedades nutrimentales como: atún enlatado, verduras congeladas, cereales integrales bajos en azúcar, tostadas de maíz horneadas, frijoles empacados sin grasa añadida, etc. Es importante considerar que también las nueces, pistaches, cacahuates, almendras, etc. y algunas frutas se disponen de manera rápida, considerarlas como buena opción.

Algunos consejos:

  • Procura siempre traer contigo colaciones nutritivas.
  • Revisa la etiqueta nutrimental del producto y compárala con otros similares.
  • Evita los alimentos que en condiciones normales tardan en echarse a perder.
  • Planea tus comidas en lugares saludables.
  • Acompaña tu “comida rápida” con agua simple.
  • Haz de la comida un tiempo de relajación y convivencia.

Ver opciones saludables en tienditas de conveniencia. 

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